lunes, 27 de diciembre de 2021

Versos, Seda y un Salón

 





La propia tarjeta trae su toque de Magia, el color que la viste, el aroma que desprende. A todo el conjunto hay que añadir de quien proviene. Miro a los ojos del mensajero y con decisión tomo la invitación y el reto. A mi mente llegan imágenes de una historia que leí hace años: “El abanico de seda” Elijo uno igual que el de la protagonista y entre las varillas de madera escribo unos versos destinados al anfitrión, solo él sabrá que están ahí. Sé que me salgo del guion, pero esta es mi historia.

Un kimono con motivos de lavandas es mi atuendo. Reconozco que no es el mejor traje para un Baile de Salón. El mismo Obi ya es un impedimento para cualquier acercamiento. Mi pasito es muy corto dentro de los Okobo, necesito grandes dosis de equilibrio, eso requiere tener un buen apoyo, vuelvo a pensar en el anfitrión o más bien en su mano. No sé si aguantaré toda la noche, pero siempre queda la opción de convertir lo tradicional en algo cómodo y a la vez sexy.

Me recibe con suma elegancia y yo respondo con una inclinación de cabeza. Los adornos de mi pelo acompañan al gesto y parece que celebran tal recibimiento. Le hago un ligero guiño con el abanico dejándole al descubierto el comienzo de un verso. Su mirada de expectación tras su bonita máscara me dice que he captado su atención.

·         Querida Auro, he podido apreciar mi nombre entre esos versos. ¿No es así?

·         Ha acertado, Querido Mío. Tal vez durante un baile le revele el resto del contenido.

·         No debemos demorar más. Comencemos con este Vals que ahora mismo suena.

·         No sea presuroso, y esperemos a la media noche… Disfrute con el resto de las Damas y no olvide que aquí estaré para el final de las campanadas.

Guardo mi sonrisa pícara tras el abanico, mientras su cabeza se inclina levemente en un intento de rescatar alguna que otra palabra más.

Le veo bailar con todas las Damas del Salón. A cuál más bella, sin ninguna duda. Hasta le veo perderse en más de una ocasión.

Apuesto por su curiosidad y espero hasta la hora de la cita. Tras mi máscara le veo llegar radiante y puntual para conocer lo que el abanico guarda solo para Él.

 

©Auroratris

 

 



Gracias, Mi Querido Dulce,
Por Invitarme Un
Año Más







Gracias a ti, Mi Querido Dulce




Muchas gracias, Mi Querido Dulce






jueves, 23 de diciembre de 2021

Como Ayer

 







Una balda combada preña la tarde de recuerdos. En una esquina una pila de apuntes con mano infantil y letra impúber reclama un orden o un destino incierto. En el centro, un casteller de libros de texto amenazan con precipitarse con toda la historia y estampar ciertas patologías al vacío. Libretas, bloc, folios… y de pronto, ahí están, corazones de carbón con dos nombres que duraron lo que una vuelta de moto duró, de nada sirvió que una flecha lo atravesara con amor eterno.

El pasado se posa en forma de partículas de polvo, se mezcla con el presente de mis dedos, un toque adulto que regresa al ayer. Descubro, perdida entre las hojas de un diario, una declaración de amor con su banda sonora y una cadenita que sella lo platónico de un sentimiento. En aquél tiempo mis rizos alocados y yo solo buscábamos ser vuelo libre.

De nuevo otro nombre y otro corazón, una sonrisa acude a mis labios, mis ojos se achican por el recuerdo de antaño. Niños, chicos… hoy hombres que tienen su vida como yo.

Todo lo aprendido va quedando en el fondo de una bolsa, todo lo amado, lo despreciado… dormirá en un sucio contenedor. En la mente queda impoluto cada uno de mis recuerdos.

La leja vacía me mira con condescendencia, no logro que recupere su forma. Creo que todavía guarda el peso del ayer.




©Auroratris











lunes, 20 de diciembre de 2021

VuestrosAbrazos

 


La Navidad es sinónimo de abrazo cálido... 

Gracias mis Querid@d Amig@s por los Vuestros. 

Entre tod@s hacéis que la palaba HOGAR cobre sentido.. 




Gracias Milena


Gracias, Campirela


Gracias, Dulce


Gracias, Ginebra


Gracias, María


Gracias, Alma


Gracias, Mag


Gracias, Cora


Gracias, Mi Querida Cora


Gracias, Ale


Gracias, Agapxis



Gracias, Juanky



Gracias, Dafne



Gracias, Marina



Gracias, Ester



Gracias, Gra



Gracias, MariCarmen



Gracias, Vicky









miércoles, 15 de diciembre de 2021

LaCita

 






Quien se tomó primero el café de los dos, fue Nerea, se encontraba tan nerviosa por la noticia que ni siquiera reparó en que la bebida estaba muy caliente. Salió de estampida al baño del local dejando a un Marcelo totalmente confundido. Este pensaba que no debió haberle pedido una cita de manera tan inmediata, apenas si se conocían, solo hacía un mes que ella era su secretaria. Cuando regresó a la mesa, Marcelo se disculpó por el atrevimiento a lo que ella, muy resuelta, respondió que no había sido por ese motivo. Acababa de saber que le había tocado la lotería.


©Auroratris








lunes, 6 de diciembre de 2021

La Musa Imperfecta de Alejandra Guzzini

 

Todo cuanto pueda decir sobre la obra de Alejandra Guzzini (Lunaroja) está dicho y comprobado por quienes la conocemos, soy consciente de que esta familia bloguera reconoce su capacidad para derramar emociones e impregnarnos con su misticismo, su verbo latiente y su poesía profunda. En este poemario, Alejandra se abre en canal y nos muestra a esa mujer, musa (im)perfecta que da a luz algo más que solo versos. Esta es la Alejandra que conocéis... Yo poseo a las dos: la Amiga y la Poeta. 

Me ha costado mucho elegir un poema para destacar... todos y cada uno de ellos tiene un mensaje y una voz desde el alma. 

Enhorabuena, mi querida amiga.



Foto Propia 
La Musa Imperfecta 
en Facebook


Peor que el olvido

Qué solo

quedó tu perfil,

ese que no conocí.

Qué solos

esos ojos,

ángeles perdidos

que no supieron mirarme.

Qué definitivo

el color que negó el encuentro

y qué indomables

las lunas que torcieron 

el destino.

Ni tú ni yo

supimos romper el hechizo

del destiempo.

La historia

nos soltó de la mano.

Yo caí

en un campo de amapolas

del pasado,

y a ti te reclamó el mar

con su oleaje inmediato.

Como paralelas imposibles 

nuestros besos se cruzaron, 

y los labios

que por un instante

desearon lo imposible

se cerraron esperando

ese tiempo

que fue peor que el olvido.

*Alejandra Guzzini*


Desde mi voz



Verbo (Tú)

Tú, el verbo

(haces agua de mi boca),

indagando el espacio

de mis ganas, 

cuando todo

parece sucumbir

a tu olor y al mío.

Eres 

la piel que no toqué

y en la que me ahogo

sin tenerte.

Es el perfil de tu boca

(que tanto deseo)

apoyada

en el marco de mi pelvis.

Es el momento

en que me expando

(como caracola de luz)

por el temblor inmaculado de tu cuerpo.

Me quedaré en el hueco de tus brazos

y tu palabra voraz

derramará sobre mi boca

la humedad exacta

que haga florecer

mi sexo, 

desatando

las hilachas

de mis huesos.

Elevándome como un cometa,

haciéndome campana 

desde la oscuridad

más abismal

hasta la perfecta luz

de tu mirada.

*Alejandra Guzzini*


Desde mi voz


Autorretrato

Desde la mirada

más poética de la lucha,

y en el otoño de mi vida,

el alma

se engrandece de gozo.

He caminado torpemente

enarbolando espadas

que no me pertenecían.

Pesadas y oscuras,

poderosas e hirientes 

que solo lograron 

doblegar mi cuerpo.

Pero mi sangre...

Mi sangre rugía sin piedad,

con un clamor atroz

reivindicando mi vida

en cada guerra.

Y finalmente,

casi como si la humanidad

detuviera su paso

--automatizado y febirl--

el amor amaneció.

Cargado de esperanzas,

inundándome de luz,

recogiendo cada trozo herido

de mi carne.

Besando silenciosamente

mis párpados.

*Alejandra Guzzini*


Desde mi voz



sábado, 4 de diciembre de 2021

Mi Historia con un Loco

 



 


 


Lo había presenciado infinitas veces, pero en esta ocasión sería ella la que administrara el tratamiento al paciente con número de expediente 0666G. Leyó su nombre en la hoja del historial y un escalofrío le erizó la nuca. Ese nombre, sin decirle nada, le provocó toda la inquietud que ningún otro residente logró desencadenar en ella.

Entró en la sala cuando Gustab, que así se llamaba, ya estaba preparado para comenzar con aquél experimento. Antes de proceder la avisaron de que no le mirara a los ojos. La mirada de un esquizofrénico paranoide puede despertar múltiples sensaciones, una de ellas, pánico. La blancura del lugar envolvió a todos cuantos allí se reunieron, pero solo ella sintió el abismo.

Ignoró toda advertencia, administró la inyección sosteniéndole la mirada. Registró cada estímulo que reflejaba el paciente. Éste convulsionaba a la vez que mantenía la suya fija en la de ella. No había súplica en el gesto, se diría que experimentaba una placentera sensación. Estaba convencida de que este medicamento de choque sería el adecuado a su diagnóstico.

Dejó de convulsionar, solo fue un momento en el cual aprovechó para cerrar los ojos, sin ningún otro movimiento le reveló su nombre de pila y su fecha de nacimiento: Mariam, 1912.

 

©Auroratris

 

 

Convocatoria libre "Mi historia con un loco"

del blog: "Adoquines mojados" de Gustab