lunes, 11 de junio de 2018

CRUCE DE DESTINOS







Participación en el proyecto Tentación-es
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Las oportunidades se presentan solas, o eso dicen. Y ahí estaba yo, dispuesta a emprender un camino totalmente nuevo para mí… sin pensar que los giros inesperados están a la vuelta de la esquina.

Faltaba más de una hora para la salida de mi tren. Así que decidí esperar el momento en la Cafetería de aquella pequeña Estación. Pronto me reuniría con alguien que me llevaría directa a la Fama o eso me dijo entre burbujas de champán y algún que otro beso enredado entre sábanas de satén.

Me dispuse a repasar las últimas notas, enviar los mensajes atrasados, responder al correo de la mañana y en medio de mi propia abstracción no me percaté de la llegada de aquél hombre. 

Aquél hombre…

Se alinearon los planetas porque en ese preciso instante nada volvería a ser como antes. Ni mi vida ni la suya, ni nada de lo que hoy nos rodea.

Me pidió permiso para sentarse a mi mesa. Explicó que todo estaba completo y necesitaba una base para abrir su portátil. Así que accedí a compartir mi espacio. Ya su voz fue calándose en mí… para cuando dijo su nombre yo había olvidado lo que me tenía ocupada y sólo le prestaba atención a él.

A él… Maximiliam.

Le fui observando de hito en hito, a través de mi taza de café estudié sus facciones, el color de sus ojos, el ovalo de su cara… el dibujo de su boca cuando encerraba el borde de la taza entre sus labios. Sin darme cuenta me sonreía al oírle carraspear. Embelesada con el sonido de sus teclas olvidé mis quehaceres. El tiempo voló.

No sé cómo emprendimos la conversación, empezamos con temas banales para romper el hielo y de pronto nos estábamos contando nuestro último fracaso en la vida. Estrenaba un nuevo trabajo justamente en la dirección contraria hacia donde yo viajaba, ¡Qué curioso es el destino! El silencio se hizo protagonista por unos instantes y fue cuando lo dijo…

“La vi llegar y tomé la decisión de conocerla, esto no es casualidad… ahora tiene dos opciones: Una es que sigamos conociéndonos y otra… que me pida que me marche, aunque intuyo que no hará lo segundo”

Me quedé petrificada por unos segundos, para él fueron eternos según me dijo más tarde. Evalué la situación… quedaba muy poco para coger mi tren… casi nada para el suyo… Mi Fama y su trabajo en una balanza, preguntándome: “si existía el Amor a primera vista” … porque lo que me estaba proponiendo era una tentación… Ni su Oeste ni mi Este… al Sur… perdernos en el Sur y lo que tenga que pasar que pase.

Pitaron la salida de nuestros destinos mientras nosotros sacábamos otros billetes. Se giró con ellos en alto y con su enigmática sonrisa sólo dijo: “Hagámoslo, ya no hay marcha atrás”

©Auroratris