domingo, 1 de octubre de 2023

El Arte de la Seducción

 

Mi participación en la propuesta "Collage"

del blog de Ginebra Blonde.

Más participanes AQUÍ.






Waldemar Strempler - Autor


Te cuento una historia, pero no te deprimas antes de empezar. Puede que te guste, te atrape y hasta me aplaudas al terminar, o puede que me des esa pastilla mágica que me hace dormir y callar. Me consideras una anciana del lugar, parte de este edificio añoso y habitado por cuerpos y mentes desahuciados por la sociedad, e incluso por la misma familia. Yo no tengo familia, así que has acertado por quién he sido reclutada en este circo.

Aquí donde me ves, totalmente inmóvil, a la espera de que una mano me otorgue la ayuda necesaria para cubrir mis necesidades tengo la mente totalmente lúcida, me gusta atravesar el tiempo para posicionarme en aquellos años revoltosos y traviesos de mi vida.




¿Me imaginas así? Estudié psicología, es algo que me fascinó desde niña, de hecho, sin que os deis cuenta os analizo en cada uno de vuestros movimientos, incluso vuestras conversaciones me son propicias para mi estudio.

En el último año de carrera, no lo tuve fácil con mi Tesis Doctoral. Se me ocurrió estudiar El Arte de la Seducción. ¡No me mires así!, aquí donde me ves hecha un ganchito, era todo un pivón. Escogí para la ocasión a dos hombres totalmente opuestos, cuando digo opuestos, lo digo en el sentido más literal. Ellos no conocían mis intenciones, y yo desconocía cómo podía acabar el invento.

Atravesar un corazón de acero lleva un trabajo arduo y astuto que hizo, que mi ingenio se despertara de manera libre. Así que el juego comenzó con el complicado desconocido. Sin darme cuenta me convertí en una femme fatale para la ocasión. Te confieso que disfruté mucho de cada descubrimiento. Llegué a confundir lo ético y lo personal. Él era todo un maestro en la seducción donjuanesca. Me volvió loca de celos. Me enamoré sin remedio. Fue el momento perfecto para comenzar con el siguiente candidato. Un clavo saca otro clavo.

El otro clavo me lo puso en bandeja, bueno, más bien en cueros. Fue sencillo hacer de Lolita, niña ingenua que aplaude cada mínima ocurrencia. Conocí sus parafilias, algunas me creaban una risa imposible de contener, provocando su enfado. Sabía cómo manejarlo y rápidamente lo volvía a tener comiendo de mi mano haciéndole creer que era al contrario. Este me propuso matrimonio, ante mi negativa y su insistencia tuve que revelarle lo de mi tesis. Desapareció de la faz de la tierra. Entonces fue cuando le empecé a echar de menos. ¡Vaya suerte la mía!

Por un tiempo, continué añadiendo candidatos para mi tesis, pero faltaba la chispa primera. Aun así, pude acabar con las distintas clases de seducciones.

Y, ¿a cuento de qué te estaba contando esto? Ah, sí. Te he visto jugar con el Doctor, no seas tonta, disfruta de ese juego de seducción sin poner los sentimientos por delante porque puedes acabar como yo.

No, como un gancho no. Con una tesis doctoral y más sola que la una.


©Auroratris







Mi participación