Mi participación en el proyecto Citas y Sueños
por mi querida amiga
CITA
"Tan absurdo y fugaz es nuestro paso por el mundo, que solo me deja tranquila el saber que he sido auténtica, que he logrado ser lo más parecido a mí misma que he podido” Frida Kahlo. (Pintora mexicana. 1907-1954)
"Tan absurdo y fugaz es nuestro paso por el mundo, que solo me deja tranquila el saber que he sido auténtica, que he logrado ser lo más parecido a mí misma que he podido” Frida Kahlo. (Pintora mexicana. 1907-1954)
Soy
detective de homicidios y voy a contar cómo pillé al asesino del antifaz.
Era muy
entrada la madrugada de una calurosa noche de agosto cuando sonó el teléfono,
estaba algo aturdido por el sueño ya que hacía tiempo que no descansaba bien...
Este asesino me tenía en jaque y le estaba echando todas las horas que
disponía.
Mi compañero
al otro lado del auricular me avisaba de un nuevo asesinato. Mismo “modus
operandi” sólo que esta vez en la zona oeste de la ciudad.
¿Qué se le
perdería en ese lugar?
Nunca antes
había actuado tan alejado del centro.
Cogí la
placa, las esposas, mi revolver reglamentario... Y me dispuse para coger el
coche cuando me di cuenta de que tenía una rueda pinchada... No hay tiempo que
perder, así que "pedí prestada" la moto de mi vecino. Ya le diré por
la mañana que contribuyó a una buena causa.
Me presenté
en el escenario del crimen. Lo primero que vi fue a la chica ahogada en la
bañera. Misma Constitución, edad, color de pelo, piel. Y su firma. Todas ellas
mostraban una piruleta en la boca y un antifaz. Yo lo veía como una broma
macabra ¿qué pretendía endulzar la muerte o algo así?
El baño
estaba iluminado por unas velas. Realmente este asesino sabía montar un
escenario tan tétrico como romántico. Me disponía a echar un vistazo al cuerpo
cuando observé la mano derecha de la chica. Ésta estaba cerrada y por un
lateral sobresalía algo brillante, con cuidado pude sacar una llave pequeña, su
silueta era muy singular, en forma de cruz. De un extremo pendía una cadena.
Debió agarrarse a ella cuando el asesino la estaba estrangulando.
Ambos nos
pusimos en alerta cuando oímos un ruido a nuestra espalda. Era él, todavía
estaba en el escenario del crimen y seguramente por una única razón: la llave.
La actuación
fue rápida... Antes de que saliera la primera bala de su revólver, mi compañero
y yo lo redujimos con un acertado tiro a su hombro.
Hay que
tener mucha sangre fría o mucha necesidad de algo para exponerse a ser
descubierto, como tal fue el caso. Lo asombroso fue descubrir que no se trataba
de ningún hombre, sino de una mujer, con la fuerza suficiente capaz de
despistar hasta a un forense.
La
declaración de la asesina nos dejó algo desconcertados...
"Tan
absurdo y fugaz es nuestro paso por el mundo, que solo me deja tranquila el
saber que he sido auténtica, que he logrado ser lo más parecido a mí misma que
he podido"