domingo, 19 de febrero de 2023

AmorGatuno

 


Gabriel García Márquez – El Amor en los tiempos del Cólera –

«Dile que sí, aunque te estés muriendo de miedo, aunque después te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no.»

 

 

Tan simple como esta reflexión del gran Gabo. Me enamoró antes de que llegara a mis brazos, le dije que sí con la incertidumbre sobrevolando mi cabeza como si fuese un ramo de globos. Me perdí en la amplitud de sus pupilas sin poder controlar todo el sentimiento que se estaba generando en mi interior.

En un solo gesto, como es abrir la puerta del trasportín, se desató la alegría, las ganas de empezar a disfrutar de esta aventura peluda llamada, Martín. Introduje mis manos para rescatar su cuerpecito arrinconado, éstas tomaron su forma. Como un fiel alfarero fui amoldando su miedo a mi pecho hasta que se hizo diminuto y confiado bajo su respiración ronroneante.

 Si me adentro en su mirada vislumbro la tristeza de su bagaje, la intento paliar con paciencia y amor para alcanzar la ansiada entrada a su mundo. En el mío ya tiene su lugar.

Amor gatuno en el Día del Gato: Will y Martín.  20 febrero 2023

© Auroratris

 


Si me miras así, no respondo de mi Amor.


 




Esta entrada se la dedico a mí buen amigo, Carlos Perroti, por su amor incondicional a esta especie felina. 
Un MiauAbrazo, amigo 🤗💫




viernes, 3 de febrero de 2023

Días de juegos y Noches de música

 


Mi participación para la propuesta

"Juguetes" del blog de Ginebra Blonde

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Es curioso como el sonido de una caja de música te puede sumir en uno de los recuerdos más profundos de la mente.



Nicolás apenas tenía dos años cuando cambió de ciudad y de casa, pero no de familia. Con ella viajó hacia el norte, tierras áridas y frías en las madrugadas. Su sueño se alimentaba de continúas pesadillas. El único consuelo era el sonido de una cajita de música que, Alicia, su hermana mayor, se empeñaba en poner en marcha una y otra vez hasta que el niño se calmaba y su respiración volvía a ser normal.


Ambos pasaban los días con la sola compañía de sus juguetes. El trabajo y las circunstancias les robaba el calor de sus padres. Eso hizo que creciera temeroso en aquella mansión llena de sonidos extraños. Había días, en los cuales, se podía escuchar el correr de unas canicas desperdigadas en la buhardilla, donde según sus padres, solo había polvo y tiempo. Nunca se atrevió a subir.


Una noche, en la cual, Alicia lloraba desconsolada porque su muñeca había aparecido destrozada en el fondo del armario de la limpieza, fue Nicolás, el que, con sus diminutas manos llenó de notas el aire de aquella vieja habitación. Alicia creció de repente tras este incidente, y Nicolás entendió que había llegado el momento de hacerlo también.

Ambos hermanos prometieron no volver a aquella casa en cuanto la vida les diera una oportunidad. Y se la dio. El compromiso, la motivación por un mundo más cómodo les hizo crecer y madurar a grandes zancadas.

Pero hoy, al entrar en aquella tienda de juguetes antiguos, la música le ha devuelto a aquella estancia y a sus olvidados miedos. Ahora reconoce qué era lo que le atemorizaba.

 

©Auroratris





Mi participación