miércoles, 3 de abril de 2024

DulcesFlechas

 

Mi participación en la propuesta "Motivación"

del Blog de Ginebra Blonde.

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Obra de Kris Lewis

 

En todo inicio acompaña una motivación, hacerlo bien para conseguir el reconocimiento de los demás. Con el paso del tiempo una logra entender que eso es una falacia porque nunca llueve a gusto de todos, intentar agradar a todo el mundo es una tarea ardua e infértil, siendo una misma la más perjudicada.

Me llamo Montse, y soy de un pueblo tan pequeño y aislado que hasta su nombre es difícil de pronunciar. Mi futuro estaba predestinado desde el mismo día que nací. Ser niña después de tres hijos varones me otorgó un título que nada tenía que ver con los sueños que iban creciendo dentro de mí.

Se me crio entre tareas del hogar, faenas del campo. Se me dio una educación entre sumisa y servicial. Hasta se pensó en quién sería mi futuro marido. Yo, que soñaba con ver mundo y experimentar aventuras. Durante un tiempo ejercí haciendo lo que de mí se esperaba. Aun así, todo eran reproches y regañinas, porque, según ellos, no ponía interés ni cuidado en mis quehaceres domésticos. «Todo cuanto te decimos es por tu bien, hacer de ti una gran mujer». Esa frase lapidaria era como una dulce flecha que me hundía en la más triste desmotivación.

La diferencia de edad entre mi hermano mayor y yo nos separaba tanto como nos unía la pasión por los libros. Se nos daban bien los estudios. Solo que él sí tendría la oportunidad de demostrarlo yendo a la Universidad, mientras que yo seguiría soñando con aires de libertad.

Mi adolescencia la recuerdo algo tumultuosa porque salió a batallar la rebelde que llevo dentro. Eso ocasionó algún que otro momento desagradable para todos. Al llegar a la edad adulta comprendí que hiciera lo que hiciera siempre habría malas críticas.

Tomé una decisión si no drástica, sí definitiva para mí. Salir del nido, abandonar la zona de confort y presentarme al mundo con todos mis defectos y virtudes. Hacer lo que se me da bien simplemente para conseguir mi propia satisfacción personal.


No fue un camino de rosas compaginar estudios y trabajo, pero tenía una meta y no hay nada como la motivación para mover montañas. Para eso tuve que abandonar la casa familiar, el yugo patriarcal y demostrar, siempre demostrar la valía que se tiene, aunque no hagamos lo mismo que los demás esperan de una.

No es que yo quisiera un título honorífico, es solo que mi pasión me llevó a disfrutar de lo que hoy soy.


©Auroratris

 

 


Mi participación