domingo, 7 de enero de 2018

ENTRA Y VERÁS






ENTRA Y VERÁS




Cuando encontró esa nota misteriosa en uno de los libros de la biblioteca, la tomó como una broma propinada por alguna de sus amigas, pero tras un largo interrogatorio, con coartadas incluidas, supo, que no había sido ninguna de ellas. “La magia existe, y tú, bien lo sabes; te espero…” Esa frase, seguida de una dirección, era lo que había escrito en ese papelito metódicamente plegado. Tardó varios días en decidirse, pero por alguna extraña razón, necesitaba ir a aquel lugar.

Y ahora, parada frente a aquella puerta azul seguía pensando en que no había sido una idea acertada hacer tantos kilómetros por una corazonada. Pero si de algo se jactaba era de su intuición y allí estaba hiperventilando toda la ansiedad acumulada desde que descubrió aquella nota.

Le había tocado su punto débil… ella siempre creyó en la magia y que todo gravitaba por esa razón. Así que en un último atisbo de heroísmo llamó a la puerta, para más inri de su color favorito.

Una Dama añosa abrió y sin mostrar ningún rasgo de asombro la invitó a pasar. Esta así lo hizo adentrándose hasta un salón que la anciana señalaba sin mediar palabra. Una vez dentro de la sala, descubrió con fascinación que era una maravillosa biblioteca. Estanterías hasta el techo llenas de libros, un gran globo terráqueo ocupando el centro bajo una grandísima claraboya… sofás tapizados de un azul-noche que invitaba a la lectura, además de una mesa de ébano que capitaneaba toda la sala. La magia habitaba en el aire, en la luz que desprendía cada lámpara.

Cogió un libro al azar y el globo comenzó a moverse hasta señalar el lugar donde la historia iba a suceder. El día se tornó noche y ella presenció todo acontecimiento … los personajes tomaron vida.

Poco a poco fue consciente del poder de los libros. Comprobando el contenido… la historia que guardaban. De pronto, uno cayó a sus pies, era pequeño, de tapa blanda… de un color indescifrable, sin título, sin autor, sin imagen. Se volvió hacia la Señora a modo de permiso y en su lugar se topó con un hombre… Ante su sobresalto, este le instó con una señal y una sonrisa para que lo abriera, al hacerlo se vio a sí misma junto a ese caballero.

Se giró asombrada sin comprender lo que estaba pasando, más maravillada que asustada esperaba una aclaración.

-          Todo lo que ahí está escrito somos tú y yo. Tú lo escribiste para mí. – Le dijo él en un tono de voz muy bajo.

-          Es imposible. -dijo ella. No nos conocemos de nada.

-          Cada vez que escribes un poema cobra vida mi alma hasta hacerla corpórea, sólo tú has conseguido esa magia… vivo por ti. –Le dijo mientras le cogía el libro de las manos.

Al hacerlo todo en la portada cambió… apareció el nombre de ella, el título con el que siempre soñó que sería su obra… la imagen de él tal y como estaba frente a ella.

Volvió a entregárselo a la vez que le decía: - Te esperaba.

©Auroratris.




Gracias una vez más mi querida Gine, cuando creo que todo ya está consumado ... apareces tú con tu barita mágica, tus polvos de estrella y vuelvo a volar. 







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