A mí me parecen manchas de rotulador. Ella dirá que son lunares,
planetas naciendo en su espalda. Sinceramente, es como si una tribu de niños de
preescolar la hubieran asaltado en plena siesta dando rienda suelta a su
imaginación. Palabras que tuve que tragarme unos días más tarde cuando mi jefe
de diagnóstico me hizo unir los puntos azules y comprobar que solo era un
tatuaje donde se podía leer la palabra AMOR.
©Auroratris