jueves, 31 de agosto de 2023

Tempus Silentii (Lucha interna) / Vox Tempus (Liberación)

 

Mi participación de julio y agosto

 en la propuesta "Luchas internas/Liberación"

del blog de Ginebra Blonde.

Más participaciones AQUÍ.





Foto cortesía de Ginebra Blonde 





Tempus Silentii


No es la vida la que te rompe, son las circunstancias. No luchas contra un adversario sino contra las adversidades a las cuales te compromete la misma situación. Esto lo aprendió más tarde, en la madurez. Descubrió que ciertas guerras de guerrillas son necesarias para fluir, soltar lastre y aceptar los acontecimientos que nos deparan.

Cuando se es joven asocias la muerte con la vejez, la depravación del ser humano, o el fin para los que ya no tienen más expectativas de vida. Nunca la relacionas con la juventud, sin embargo, la muerte no entiende de etnias, edades, estatus, o género.

De niña tuvo un trato amable con ella, normalizó sus visitas en compañía de la madre. Le enseñaron a no temerla, a que no fuese un tabú que anular. Algo inusual entre su grupo de amigas.

Pero en la adolescencia todo se magnifica, se vuelve caótico, y cualquier tema cobra mayor dimensión cuando te toca fibra. La muerte no iba a ser menos cuando así lo hizo. A una edad prematura se llevó a un ser muy especial, dejándola sumida en una mísera oscuridad llena de incomprensiones. No hubo voz que pudiera alcanzar su soledad, penetrar en su tristeza y devolverla a la luz.

Tal vez el maullido de un gato callejero le hacía recobrar un atisbo de sonrisa, apenas duraba unos segundos, era el único estímulo que la hacía reaccionar.

En su búsqueda por encontrar culpables se fue alejando, rebelándose al mismo tiempo contra todo.


📷Laura Makabresku




Liberación


Vox Tempus

Al mismo tiempo que te curtes vas creando corazas, es cierto que son de cartón piedra, pero al fin y al cabo no dejan de serlo. Te vuelves un poco erizo por tu estado vulnerable, te haces impenetrable hasta que el tiempo te regala, de nuevo, su benevolencia. Comienzas a prestar atención a tu alrededor. Te das cuenta de que el paisaje ha cambiado. Incluso la inocencia ha permutado por un amago de pasión. Te ves con otros ojos. Tal vez, con los mismos del amor.

Y florecen en ti las ganas de seguir caminando por este mundo; bajo tu propia mirada, tu criterio y tu experiencia. Sigues en pie de guerra, pero ahora de una manera menos agresiva hacia los demás y hacia ti misma. Escuchas tu voz interior y te gusta lo que te dice. Te libera de todo mal y te entrega al bálsamo de otras voces cerca de ti.

Al recordar lo pasado, solo escuece, ya no hay rabia en las arterias del corazón ni en los arrebatos del alma.

Dicen que estás creciendo a lo que tú llamas madurez.


©Auroratris


📷Laura Makabresku


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