Mi participación en el proyecto,
"Lovely Bloggers-Un reto: Una imagen"
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Dicen que el otoño es la antesala donde nuestra mente se
resetea para empezar un nuevo periodo de quietud. No sé si es así o, por el contrario,
me lo estoy inventando mientras divago observando el viaje de las nubes. Al
mismo tiempo yo también lo hago, pero hacia atrás, hacia ese tiempo donde todo
era verano y el sol de la vida quemaba algo más que mi piel.
Te recuerdo lejano en aquella aula de la facultad. Tus
insistentes miradas hasta que decidiste dar el paso e invitarme a un chocolate
caliente. El frío se colaba por entre las costuras de nuestros abrigos en una
calle de Londres, que ahora mismo no recuerdo, solo sé que estaba a medio
camino entre tu apartamento y el mío… o ¿era tu corazón y el mío?
Yo portaba unos libros que tú, caballerosamente, quisiste
cargar además de tu voluminosa mochila. Me fijé en que a duras penas podías mantener
el equilibrio de los mismos, de vez en cuando alguno se te resbalaba por debajo
del brazo. Por eso, te propuse entrar rápidamente en la cafetería más cercana,
aludiendo que la conocía desde siempre y, no era verdad. Tú lo supiste, aun así,
me diste el capricho de no llevarme la contraria.
Lo que sí recuerdo fue nuestro paseo por Garden Square, las
hojas de los árboles se precipitaban sobre nuestras cabezas, así, como lo hacen
estas en un intento de sepultar mis pensamientos. Jamás podrán borrar lo que
ocurrió en ese instante cuando tus labios y los míos se rozaron por primera
vez.
Anka Zhuravleva |
No me mires así… todavía guardo muchos fuegos pese a este otoño. La tarde está cayendo y tú y yo tenemos una cita con un chocolate caliente y nubes.
¿Te acuerdas?
©Auroratris